Un reciente estudio publicado en la revista Jornal of Geophysical Research: Earth Surface asegura que los desiertos respiran vapor y no solo los animales viven allí, sino que este ámbito está vivo. Se trata de una información como resultado de más de 40 años de investigación en zonas inhóspitas y la recopilación a «escala milimétrica» de la cantidad exacta de humedad y densidad de la arena de estos espacios.
Este proyecto tenía por objetivo analizar los fluidos, los gases y las partículas sólidas que están presentes en una gran variedad de terrenos. De esta manera, los científicos avocados a la investigación detectaron que las dunas de arena crecen, se mueven y hasta respiran aire húmedo, ya que el vapor de agua penetra en el polvo y los granos extremadamente porosos que conforman este paisaje.
Denominado como: “Transporte de vapor de agua a través de una superficie de arena árida: acoplamiento térmico no lineal, advección de poros impulsada por el viento, ondas subsuperficiales e intercambio con la capa límite atmosférica”, este análisis que fue publicado el 21 de marzo, buscó evaluar la materia con mayor sensibilidad.
En 2000, la Escuela Sibley de Ingeniería Mecánica y Aeroespacial, Universidad de Cornell, Ithaca, (Estados Unidos) inició una colaboración con Ahmed Ould el-Moctar de la Universidad de Nantes, Francia, con quien utilizó estas herramientas para analizar la humedad en las dunas de arena y comprender cuál es el proceso mediante el cual las tierras agrícolas se convierten en desierto. Una situación que, en medio del cambio climático, se posiciona como una de las dudas más importantes en todo el mundo.
“El viento fluye sobre la duna y, como resultado, crea desequilibrios en la presión local, lo que literalmente obliga al aire a entrar y salir de la arena. Entonces, la arena respira, como respira un organismo”, explicaron. Esta presunta respiración permite que los microbios persistan en lo profundo de los desiertos, sin importar la temperatura a la que se encuentren las dunas.
Además, determinaron que las superficies del desierto intercambian menos humedad con la atmósfera de lo estimado previamente, siendo que la evaporación del agua de los granos de arena consiste en una lenta reacción química.
Más allá de este avance en lo que se refiere al comportamiento de los desiertos, los científicos señalaron que, además, esta sonda se podrá aplicar para otros espacios o investigaciones, tales como exploración en el espacio, contaminación y hasta la influencia de algunos químicos en los terrenos.