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fábricas de quesos informales en República Dominicana suscitan preocupación por insalubridad y falta de supervisión sanitaria por parte de las autoridades

la falta de salubridad en la fabricación de quesos en república dominicana crea preocupación debido a la falta de supervisión sanitaria por parte de las autoridades que pese a que existen normativa específica para los productos lácteos, así como varias instituciones involucradas en su regulación, hacen un trabajo a medias, porque no se aseguran, en muchos casos, de que los consumidores reciban un producto de calidad.

Tal es el caso de una fábrica de quesos que opera en el patio de una casa en la provincia de Monte Plata, como si fuese jugando al “escondido” con los inspectores sanitarios.Sin una marca comercial, ni registro sanitario y con condiciones menos que mínimas de salubridad, este hombre, que prefirió guardar el anonimato, es el propietario de una de las tres queseras que encontramos en nuestro recorrido por la provincia Esmeralda, operando en situaciones semejantes.

Normativas para el sector nunca han faltado. De hecho, en 2019 se actualizó el Reglamento Sanitario de Leche y Productos Lácteos responsabilizando de su cumplimiento a los ministerios de Salud Pública y Agricultura, al Consejo Nacional para la Reglamentación y Fomento de la Industria Lechera (Conaleche) y al Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor).

“Los controles han bajado en los últimos años. Salud Pública viene cada dos meses. Antes botaban la leche que no tenía calidad para hacer los quesos, ahora ya no exigen que sea de tanta calidad”, explica Bolívar Rivas, quien ha producido el queso Boyá por más de 35 años.

Lo que pudo visualizar nuestro equipo de trabajo, y que se ve también en estas imágenes, es la continuidad de malas prácticas en la cadena de lácteos en la República Dominicana, como estableció la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en un estudio de 2020, donde enfatizaba que el sector “enfrenta retos de gran importancia en los aspectos de higiene y procesos de inocuidad”.

“Un grupo importante de productores (especialmente los pequeños) lleva adelante el ordeño y demás actividades sin la aplicación de las buenas prácticas de producción recomendadas”, indica el estudio, resaltando también “una baja capacidad de refrigeración en todos los eslabones” de la cadena de producción.

“A esto no se le gana mucho. A cada barra uno le gana como 80 pesos y termina vendiéndola en 500. Nosotros vendemos en la Capital. Ahora la cosa está floja por la Navidad, pero después todas esas que están ahí se van de una vez”, señalando decenas de barras de queso blanco que reposaban en un congelador que operaba a temperatura ambiente a falta de energía eléctrica.

La Dirección General de Medicamentos, Alimentos y Productos (Digemaps) es la responsable de hacer supervisar periódicamente estas fábricas para lo que, de acuerdo a su nómina, disponible en su portal de transparencia, cuenta con 195 personas, entre los que figuran técnicos evaluadores de alimentos y de lácteos, veterinarios, coordinadores de registros sanitarios, inspectores de buenas prácticas y de plantas, oficiales de inspección sanitaria, microbiólogos y bioanalistas para la inspección a nivel nacional.

Intentamos obtener una entrevista con algún gerente de Digemaps y Conaleche para este reportaje, pero en ninguno de los casos esto fue posible.

No obstante, la realidad es diferente en Haras Nacionales, al norte de Santo Domingo, donde encontramos fábricas que han sido clausuradas por las autoridades por no cumplir con los requisitos correspondientes.

“Aquí usted no va a encontrar fábricas de queso. Salud Pública las cerró todas”, nos dijo un morador de la zona, mientras pudimos observar al menos dos de esas procesadoras cerradas.

Violaciones de los grandes

Aunque tal vez cumplan con normas de higiene y salubridad, varias marcas de quesos populares que encontramos en supermercados, incluso algunos importados, poseen registros sanitarios vencidos, que simplemente no existen o que tienen otra numeración, pero no ha sido actualizado en la etiqueta.

El registro sanitario autoriza la elaboración, venta, uso y disposición de productos que son de interés sanitario, como los alimentos. Su renovación se puede hacer de manera automática, por lo que no siempre requiere de la visita de un inspector de salud para ser actualizado.

Para acceder a información vigente, solicitamos a través de la Oficina de Acceso a la Información (OAI) los datos sobre los registros sanitarios de algunos quesos que circulan en el mercado local, puesto que el sitio web de Digemaps informa que de 2,266 diferentes tipos de quesos o productos que lo contienen, solamente 13 tienen activos los registros sanitarios correspondientes.

En la respuesta que recibimos, evaluando solo 22 quesos distintos, un total de nueve, entre ellos los de tipo cheddar, mozzarella, gouda, de freír y crema tienen los registros vencidos o están en proceso de renovación, mientras se siguen comercializando.

Una fuente ligada al sector nos informó, además, que se ha comprobado que los quesos importados están contaminados en un 80 por ciento, y las autoridades tampoco han tomado medidas al respecto.

También solicitamos la información, vía OAI, sobre los permisos sanitarios que se otorgan a las fábricas para su habilitación, los cuales otorgan las regionales de Salud Pública, pero no recibimos respuesta.

En ese sentido, el presidente de la Asociación Dominicana de Procesadores Lácteos y Derivados (Adoprolac), Darío Oleaga, confirmó que, a pesar de la existencia del Reglamento Sanitario de Leche y Productos Lácteos, la industria quesera dominicana no es regulada como es debido.

“La ley no se está aplicando de manera correcta sino a medias”, precisó.

Indicó que más allá de la no existencia o el vencimiento de los registros sanitarios, las normativas se violan en otros aspectos, como, por ejemplo, no establecer con claridad cuando un producto es imitación de queso y cuando es realmente este producto.

Las imitaciones

El queso es uno de los alimentos más populares en el mundo y la industria que existe en República Dominicana hace que también sea muy consumido en el país, en especial el de hoja y el de freír. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) recomienda consumir quesos frescos en la dieta diaria gracias al valor nutricional que aporta. Pero no todo lo que parece es queso. Existen imitaciones del producto, cuyo etiquetado debe ser específico al respecto, de acuerdo a la NORDOM 750 del Instituto Dominicano para la Calidad (INDOCAL), pero no sucede así.

“Todavía con esa ley, sin aplicación, República Dominicana no tiene ningún tipo de regularización para que se sepa si un queso es una imitación. República Dominicana está completamente acéfala de la aplicación de esa medida de no poner en el etiquetado la palabra sucedáneo, sino imitación a queso.Al día de hoy se viola esa medida tomada por el Gobierno a través de Salud Pública, Indocal y Digemaps”, explicó Oleaga al indicar que“imitación” sería el término más adecuado para ser entendido por el consumidor común.

Realidad del sector

En la actualidad, República Dominicana exporta quesos a Estados Unidos por un valor de 1.92 millones de dólares, de acuerdo a datos del Observatory of Economic Complexity (OEC) del año 2022, siendo el tipo holandés el principal rubro de exportación del sector, sin embargo, las importaciones superan los 163 millones de dólares.

Estas cifras representan una disminución respecto al 2019, cuando el presidente de la Asociación Dominicana de Productores de Leche (Aproleche), Eric Rivero, precisó que el monto en ese entonces ascendía a los 250 millones de dólares.

No obstante, para Darío Oleaga esta realidad sigue siendo contraproducente para los productores locales, que han perdido cuota de mercado a causa de esa situación.

“La industria láctea dominicana perdió el mercado de las pizzerías dominicanas porque los costos de elaboración de nuestros quesos andan por lo menos entre 135 y 175 pesos la libra a veces hasta más cuando es un queso de mediana maduración y los quesos importados todavía andan vendiéndose en la calle entre 130 y 140 pesos la libra y eso rompe la producción nacional”, concluyó.

 

Por Michael Monegro

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