Por: Rafael Leonidas Ciprián
El Colegio de Abogados de la República Dominicana (Card) está sumido en una tremenda crisis. Las elecciones del pasado sábado, para elegir sus autoridades nacionales, resultaron un verdadero campo de batalla entre los principales aspirantes a presidente del gremio. Más de catorce mil profesionales del derecho votaron pacíficamente,
Cuando solo se habían computado el 56.2 por ciento de las mesas electorales, fue necesario suspender los cálculos porque los dos candidatos punteros se declararon, cada uno por su lado, ganador de los comicios.
Por un lado, el doctor Trajano Vidal Potentini, encabezó la Plancha núm. 1, y fue apoyado por el partido Fuerza del Pueblo (FP) y sus aliados, afirmó que había ganado las elecciones. Y, por el otro lado, el doctor Yohan López, lideró la Plancha núm. 7, sustentada por el oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) y aliados, también declaró que era el virtual ganador.
Lo más novedoso de esta situación no es el conflicto entre abogados, así viven en el ejercicio de su profesión, sino la participación directa de dirigentes políticos nacionales.
Todo el conflicto se generó por una alegada alianza que se realizó entre Trajano y el candidato de Dignidad Jurídica, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Diego José Arquímedes García Ovalle. La sumatoria de los votos obtenidos por ambos, presuntamente le dan la victoria a Trajano.
Pero dicho acuerdo es cuestionado. Los defensores del candidato Johan López afirman que esa alianza fue extemporánea y que, por tanto, no surtió efectos. Además, alegan que fue clandestina, ya que no se dio a conocer a los abogados votantes.
En la mayoría de los procesos electorales de los abogados, los partidos políticos no sacaban la cara tan abiertamente para apoyar a sus preferidos. Se puede asegurar que las elecciones municipales y nacionales que se avecinan justifican la conducta asumida.
Cada uno teme que el resultado, si es negativo para su candidato entre los abogados, se proyecte perjudicialmente como resultados posibles en los comicios venideros.
Esa preocupación de los dirigentes políticos es legítima. Ellos tienen en sus organizaciones partidarias órganos o secretarías que se encargan de articular toda la logística para el trabajo gremial. Así operan para las principales profesiones que se ejercen en el país.
Aunque lo deseable es que dirigentes gremiales actúen en beneficio de los afiliados. Esto es, que no lleven la política partidaria al colegiado profesional. Pero una cosa es el ser y otra, muy diferente y muchas veces contraria, es el deber ser.
Se espera que la sangre no llegue al río entre los abogados. La Comisión Electoral ya declaró al doctor Potentini ganador en el Card. ¿Habrá recursos judiciales?