Por: Henri Hebrard
Desde el año 2016 hasta el año 2022, el aeropuerto de Las Américas (AILA) ha logrado movilizar un volumen acumulado de 25,719,589 pasajeros, según las estadísticas oficiales del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC); destaca además que, la recuperación ha sido tan vigorosa luego del Covid-2019 que se alcanzó un nuevo récord de 4,529,669 pasajeros en 2022, superando de este modo en un 8.8% el volumen alcanzado antes del Covid (4,161,463 pasajeros en 2019).
Por lo que va del año 2023 hasta octubre, las estadísticas del Banco Central (BCRD) indican que el crecimiento en el AILA no se detiene, al pasar las llegadas de 1,859,157 (hasta 10-2022) a 2,194,306 (hasta 10-2023), equivalente a un vigoroso crecimiento de un +18.0%; de este modo, las llegadas en el AILA superan ahora en un 36.8% las llegadas pre-Covid (1,603,452 acumuladas hasta 10-2019).
Del mismo modo, la firma consultora INDRA ALG, que realizó el estudio de validación de las proyecciones de Aerodom, estima que el volumen de pasajeros al aeropuerto de Las Américas seguirán creciendo de manera muy sostenida: 6.9 millones (2030), 8.4 millones (2040) y 11.7 millones (2060). El anuncio de la construcción del Hotel “Holiday Inn Santo Domingo Airport” con una inversión superior a los US$22 millones, es la mejor prueba de la seriedad de estas proyecciones.
Todo lo anterior obliga al Estado dominicano a revisar al alza sus proyecciones más optimistas en cuanto a infraestructuras turísticas y aeroportuarias, muy especialmente en el caso del AILA, que se perfila como el principal Hub aéreo de la cuenca del Caribe, tanto para carga como para pasajeros, como lo demuestra la exitosa alianza estratégica entre Aerodom y Arajet.
Ahora bien, de acuerdo con los anexos al proyecto de nuevo contrato, bajo el contrato de Concesión actual, Aerodom ya había excedido sus obligaciones contractuales en cuanto a gastos de capital, por lo que no tenía más espacio para realizar inversiones adicionales; del mismo modo, tomando en cuenta que solamente quedan siete años de vigencia al actual contrato, no habría posibilidad de obtener retornos suficientes para amortizar y/o recuperar en tan poco tiempo las importantes inversiones necesarias para incrementar la capacidad del AILA, y hacerle frente al alto crecimiento proyectado; por lo que, se entiende que la mejor manera de materializar rápidamente estas nuevas inversiones era a través de una negociación que permita la prórroga del contrato actual, dentro de un nuevo marco económico atractivo y para el concesionario y para el Estado.
Es importante señalar que, recientemente a nivel internacional, sobran los ejemplos de prórroga de concesiones antes de su vencimiento (Argentina, la India, Uruguay), dado que, por la misma naturaleza de las concesiones aeroportuarias, se requieren altas inversiones a inicio del ciclo de negocios, por lo que demandan de plazos de vigencia adecuados y generalmente largos.
Igualmente, en la industria aeroportuaria, es práctica muy generalizada dejar que el sector privado administre aeropuertos públicos, ya que este modelo de concesión permite mayor eficiencia, mayores niveles de satisfacción del cliente, acceso más barato a capital privado, expansión más rápida de las infraestructuras, mayor grado de transparencia en las operaciones y mejores posibilidades de contratar una fuerza laboral de altas calificaciones.
Hay que celebrar que, bajo el nuevo contrato, AERODOM se comprometa a pagar US$775 millones como derecho a la ampliación del actual contrato, además de obligarse a ejecutar un muy importante programa de inversiones por un valor total de US$830 millones, incluyendo la construcción de la nueva terminal del AILA con capacidad para 4 millones de pasajeros adicionales, por un valor de US$250 millones (para ser entregada en 2028), así como la construcción de 2 nuevas torres de control en los aeropuertos de Las Américas y de Puerto Plata.
Además de lo anterior, el Estado seguirá recibiendo sus usuales ingresos mediante los pagos anuales de Impuesto sobre la Renta e ITIBIS de AERODOM, así como los “Ingresos reservados por la Concedente”, que son ingresos que no percibe la concesionaria tales como: Tasas y derechos aeronáuticos por cada pasajero transportado en vuelos internacionales; Cargos por servicios de asistencia a la navegación por aproximaciones y despegues; Contribución de salida por pasajero; Contribución por uso de tarjeta de turismo; Impuesto por comercialización de servicios de transporte aéreo en territorio dominicano; Tasa aeroportuaria gubernamental percibida por los operadores aeroportuarios y entregada al Departamento Aeroportuario (Decreto No. 172-01); además de una participación que va del 10% al 20% de los llamados “Ingresos compartidos”.
Gracias al pago del canon por US$775 millones en 2024, equivalentes a unos RD$46,693.8 millones a la tasa promedio de RD$60.25/US$, RD$44,524.0 millones se destinarán a gastos de capital para desarrollo de obras, bienes e infraestructuras que tendrán un efecto multiplicador en el resto de la economía, lo que autoriza pensar que la remontada de la economía dominicana iniciada a partir del 3er trimestre 2023 se va a acelerar para superar el 5.0% de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2024.
Conjuntamente con las grandes inversiones que realizan los aeropuertos privados del país (Santiago, La Romana y Punta Cana), y el inicio de nuevo proyectos en la región Sur, la ampliación de la concesión de AERODOM permitirá que el enorme crecimiento del sector aeroportuario llegue también a los aeropuertos estatales, gracias a esta nueva visión conjunta donde AERODOM y el Estado han creado solidas razones para crecer juntos.