
Por: Ellis Pérez
Desde que se detectó el virus Covid-19 hace algo más de año y medio, la preocupación ha sido, cómo detener la infección o cómo sanar la enfermedad.
La primera parte tiene un carácter preventivo, la segunda parte tiene un carácter curativo.
La parte curativa o terapéutica no ha podido ser resuelta convincentemente aunque algunas medicinas pre-existentes han demostrado un grado de eficacia y ayuda en situaciones particulares.
Afortunadamente, en el caso de la prevención, y con gran sorpresa para muchos, se logró el desarrollo de vacunas convencionales, así como de vacunas resultado de nuevos experimentos en un tiempo sorprendentemente corto.
El tiempo ha ido demostrando que las vacunas, aunque no perfectas, han mostrado un alto grado de efectividad, no tanto para evitar la infección, sino, para evitar caer en cuidados intensivos, ser entubado para la aplicación de oxígeno, y hasta perder la vida.
La historia muestra claramente que un porcentaje de la especie humana tiene la condición de “negadores”, es decir, que niegan hasta las cosas que son más evidentes.
Por ejemplo: hay una cantidad de gente que sigue diciendo que los norteamericanos nunca pisaron la luna, que se ha difundido esa mentira para engañar a la humanidad. Y así muchos otros casos.
Igualmente ahora hay una cantidad de personas que no solo niegan la efectividad de la vacuna, sino, que le achacan a ésta la condición de producir enfermedad y muerte.
Gústenos o no, la mayoría de las autoridades, a nivel mundial, están estableciendo el requerimiento de la vacunación como un requisito obligatorio para tener acceso; a escuelas, medios de transporte, bares y restaurantes, y centros de servicios públicos manejados por las autoridades.
En el sector privado; compañías como Microsoft, Google y Facebook, entre otras, han anunciado que para regresar a sus puestos de trabajo presenciales habrá que estar vacunado o presentar alguna muestra de que no se está infectado.
Algunos sindicatos ya han señalado que recurrirán estas medidas ante los tribunales. Esperemos.
En el plano local, seguimos discutiendo si ya llegó o no, la variante Delta a nuestro país.
Creo que lo que nos falta es la capacidad de detectarlo localmente. Los más recientes resultados que muestran los diferentes factores a la baja, parecen obedecer al relativo alto porcentaje de vacunación que el país ha logrado.
Repito, gústenos o no la indicación final parece ser: ¡Vacúnese o tránquese!