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Ministerio Público desarticula grupo criminal que utilizaba plataforma para promover la organización denominada “Discovery” ligada a la banda “Los Trinitarios” para vender armas

Santo Domingo. -El presunto cabecilla de la red criminal denominada “Discovery”, Sucre Rafael Rodríguez Ortiz (Darimán y/o Dari), y propietario del “call center”, dirigía las extorsiones a envejecientes residentes en los EE. UU. mediante llamadas “extorsión”.

Así consta en la orden de arresto contra los implicados de la estructura criminal, donde se indica que Sucre Rafael, junto a sus hermanos José Eliezer y Sarah Altagracia Kimberly, instalaron centros de llamadas en Santiago, La Vega, Puerto Plata y Santo Domingo, que realizaban múltiples estafas bajo un esquema organizado y ejecutado por un gran equipo.

El Ministerio Público solicitará prisión a los 36 implicados en la red. El presunto líder de la organización estaba protegido por uno de los jefes del Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (Dicat) en Santiago.

Este jefe ayudó a Sucre Rafael con un asunto del Departamento de Homicidios por haber dado un tiro a una persona.

La banda comercializaba armas de fuego de forma ilegal a través de su afiliación criminal internacional “Los Trinitarios”, de los cuales algunos han sido deportados de los EE. UU. y otros con antecedentes penales en el país.

También está vinculada a individuos que se dedican a la venta de drogas en Santiago y Puerto Plata.

Estafaban a sus víctimas mediante el robo de identidad, tras adulterar su identificación con el uso de proveedores especializados en servicios de caller ID spoofing, basados en internet. Estos obtenían un beneficio de un 5, 10 y 20 %, del dinero estafado. La ramificación de la banda en NY, enviaba el dinero al país.

Modus operandi

La red criminal “Discovery” utilizaba varios modus operandi para cometer el cibercrimen en perjuicio de ciudadanos estadounidenses.

Según la instancia, se establece que una de las formas en las que operaba la estructura era conformar call centers integrados por personas que manejaban el idioma inglés y las nuevas tecnologías.

Los vinculados a la banda usurpaban funciones de agentes operadores que contactaban a las víctimas utilizando dispositivos tecnológicos con aplicaciones interconectadas a la internet para extorsionarlas y estafarlas mediante un guion fraudulento previamente establecido por el “líder de la organización criminal”.

Estos utilizaban las llamadas “sextorsión”, intimidación, envió de medicamento “delivery”, usurpación de funciones oficiales de los Estados Unidos de América (como por ejemplo agentes del FBI) y robo de identidad.

Utilizaban el sistema financiero nacional como medios para el movimiento del dinero en dólares y en pesos, las criptomonedas como el bitcoin, las transferencias espejos, depósitos a través de remesadoras con el objetivo de adquirir bienes millonarios, producto de las acciones delictivas.

El grupo utilizaba terceras personas denominadas en las estructuras criminales como “mulas”.

La red criminal “Discovery” realizaba la operación de recibir dinero de EEUU, por tener riesgos mínimos para el receptor del dinero en ese país.

Reclutamiento

Plataforma

El grupo criminal utilizaba una plataforma para promover la organización denominada “La Directiva” para reclutar personas en la comisión del delito en provecho de la estructura y exhibían fotos, videos y audios.

Miembros de la banda estafaban como agentes

Pesquisa. Cada uno de los implicados en la organización criminal “Discovery” tenía funciones específicas para ejecutar el cibercrimen.

Sucre Rafael Rodríguez Ortiz (Darimán y/o Dari), líder de la red criminal y propietario y administrador del call centers Televoice Internacional Group SUCROD.

José Eliezer, socio, hermano, mano derecha del líder, quien era jefe de operación para obtener ganancias para la banda.

Sarah Altagracia Kimberly realizaba el listado de las personas a estafar y recibía el dinero de EE. UU. José Fernando Reynoso Gómez y Wilmer Abreu Durán se hacían pasar como agentes del FBI para estafar a sus víctimas, y Máximo Miguel Mena Peña, como abogado. Otros eran operadores de la red.

 

 

 

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