
Santo Domingo.- Desde diciembre de 2024 hasta el día del colapso del techo en la discoteca Jet Set, ocurrieron una serie de eventos que evidencian un patrón de negligencia e irresponsabilidad por parte de los imputados Antonio y Maribel Espaillat, según los resultados de la investigación del Ministerio Público (MP).
Ambos, de acuerdo con la acusación, estaban plenamente conscientes de las condiciones peligrosas del techo y no tomaron las medidas adecuadas para evitar la tragedia que dejó 236 muertos y más de 180 heridas.
Esta es una cronología de que lo que ocurrió en el Jet Set antes del 8 de abril, según la investigación:
En diciembre de 2024 se realizaron trabajos internos de cambio de plafones y colocación de lona, así como la aplicación de líneas de concreto en el exterior. En marzo de 2025 se llevaron a cabo labores de acondicionamiento, picando y rellenando con cemento dentro y fuera de las casetas en el techo.
Sin embargo, el 7 de abril de 2025, a pocas horas del desplome, los plafones internos mostraban un deterioro avanzado: varios fueron cambiados ese mismo día por ruptura y humedad.
El Ministerio Público sostiene que los imputados cometieron una serie de acciones y omisiones sistemáticas que provocaron el colapso del techo.
Entre las pruebas presentadas, se encuentra la extracción del teléfono de Manuel Jiménez Mateo, en la que se verificó que Antonio Espaillat recibía fotos y videos constantes de las goteras y del deterioro del falso techo, evidenciando que estaba al tanto de la situación.
Los mensajes intercambiados entre Manuel y Antonio mostraban que el deterioro no se limitaba a filtraciones de agua, sino a la caída de escombros del techo sobre el plafón, afectando directamente su integridad estructural. A pesar de eso, no se realizaron intervenciones adecuadas ni especializadas.
Maribel, administradora del club, también estaba al tanto de todo.
El 24 de marzo de 2025, le envió a Manuel dos fotos de plafones caídos e instruyó revisar y reforzar los demás, mostrando preocupación por el riesgo a los asistentes. El 28 de marzo volvió a reportar la caída de plafones tras una lluvia.
El 5 de abril, la joven Carolina del Rosario de la Cruz captó en video la caída de escombros del techo. La respuesta del personal fue moverla a otra área y limpiar el material. Ese mismo día, el empleado Gregorio Adames Arias (Gregory) recogió escombros y removió plafones sueltos, informando de esto a Antonio vía Maribel.
El 7 de abril en la mañana, Gregorio observó que la situación seguía igual y lo reportó nuevamente. Manuel y José Luis García Jiménez acudieron a sustituir plafones y encontraron que no estaban húmedos, sino rotos, lo que indicaba que no era solo agua lo que afectaba la estructura. También drenaron agua acumulada en lonas azules colocadas entre el techo y el plafón, medida que el Ministerio Público considera “inadecuada”.
Ese mismo día, en horas de la tarde, mientras estaban en el lugar Gregorio, Manuel, José Luis y Roger Hernández (fallecido), se escuchó un objeto caer sobre el plafón.
Gregorio identificó que era un pedazo del techo.
A las 2:33 de la tarde Gregorio le escribió a Antonio, gerente de la discoteca, informándole que los plafones se rompían por la caída de pedazos del techo y que era peligroso.
A las 2:44 p. m., Manuel informó que los plafones malos habían sido cambiados y que Gregorio insistía en la caída de piedras del techo, por lo que se había contactado una empresa para evaluar la estructura, a lo que Antonio respondió: “De acuerdo con ambas cosas”.