Opinión

El simbolismo de los 100 días

Por: Nelson Encarnación

Los primeros cien días de una administración de Gobierno tienen, en términos de realizaciones, un valor más simbólico que real si tomamos en cuenta que en ese lapso de tiempo es relativamente poco lo que, concretamente, se puede hacer.

Más bien los 100 días tienen mayor incidencia en lo netamente político en una especie de indulgencia crítica que se le concede al ejecutivo.

Ese espacio generalmente se asocia a lo conveniente políticamente. Ese corto periodo se puede comparar con los primeros 10 minutos tras el despegue de un avión, cuando debe ganar parte de la altitud de crucero y desarrollar su máximo potencial y velocidad. Lo demás es casi automático.

Los primeros 100 días de un Gobierno sirven para definir su personalidad y cuál será su cara a lo largo del periodo que le corresponde. Esto está suficientemente estudiado y delimitado.

En ese sentido, en los primeros tres meses de Gobierno, el presidente Luis Abinader le ha presentado al país el tipo de administración que quiere implementar en el periodo 2020-2024 para el que fue elegido el pasado julio.

Y ha pretendido mostrar su personalidad, la que creo ha ido construyendo sobre la base, primero de ser él mismo, es decir, no parecerse a nadie, y segundo, diferenciar no solo a su persona del anterior presidente, sino al Gobierno en su conjunto de aquella gestión. En ambos casos creo que tiene el éxito garantizado.

Luego vienen las realizaciones, que, insisto, en tres meses no pueden ser muchas por cuestión de tiempo.

Sin embargo, de los seis ejes temáticos que el Gobierno ha querido destacar y mostrar a la población, tiene que sobresalir el tema salud, puesto que, con la actual realidad global, esta es transversal a todo.

El deterioro sanitario producto de la pandemia, a su vez ha degradado a los demás sectores nacionales, particularmente el económico, produciendo en cadena una crisis que ha impactado a todos los renglones, y mayormente a las clases más necesitadas.

En ese sentido, los primeros tres meses de Abinader han permitido al país conocer los niveles de ineficacia en el manejo de la pandemia en el tramo en que al Gobierno pasado le tocó lidiar con una desgracia no prevista, pero que fue penosamente gerenciada por anteponer intereses político-electorales al interés colectivo.

A partir de ese eje, los tres meses de Abinader pudieran eventualmente ser nulos en otros aspectos—que no los son conforme se puede comprobar—y el solo hecho de haber manejado con sentido humano la pandemia, sería suficiente para acreditarle.

Porque, sin salud no valen los demás esfuerzos, si al final no hay personas que disfruten, por ejemplo, las reabiertas instalaciones turísticas.

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